John Locke: los límites de la propiedad privada

En el año 1689 se publican de forma anónima dos grandes textos de la teoría y filosofía política moderna: los Dos Tratados sobre el Gobierno Civil de John Locke (1632-1704). En su segundo tratado -que versa sobre el origen, alcance y finalidad del gobierno civil- Locke propone una teoría particular sobre los fundamentos de la propiedad privada.

En el capítulo cinco del Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, específicamente, Locke responde a preguntas fundamentales sobre el origen legítimo de la propiedad privada, la naturaleza del trabajo, el límite de la propiedad y las cualidades del dinero.

¿Qué nos dice uno de los padres del liberalismo clásico sobre la propiedad, su origen y sus límites? A continuación te presentamos una síntesis del pensamiento de John Locke sobre la propiedad.

La propiedad común de la Tierra y el trabajo

Según Locke, la Tierra y sus frutos pertenecen al género humano para que sean disfrutados de forma común. Esto se debe a que todos los seres humanos tienen un derecho innato a la autoconservación y, por tanto, tienen derecho a beneficiarse de aquellas cosas que la naturaleza les procura para su sustento.

Al ser productos espontáneos de la Naturaleza, los frutos y animales que la tierra produce son propiedad comunitaria de la humanidad. Sin embargo, antes de poder ser utilizados, Locke señala que debe existir algún medio que permita al ser humano apropiárselos. Este medio es el trabajo.

Por medio del trabajo, los seres humanos sacan las cosas de su estado natural, las modifican y añaden valor. De esta forma, aún cuando la tierra pertenece a la humanidad en comunidad, cada individuo tiene una propiedad de su pertenencia. Sobre está última propiedad, que es el producto del trabajo, nadie más tiene derecho.

¿Cuándo los frutos de la Naturaleza empiezan a pertenecer a un individuo? Según Locke, la propiedad privada se produce en el momento en el que el trabajo introduce una distinción entre «lo mío» y lo que es de pertenencia común. ¿Es esto un robo? No, puesto que no se necesita del consentimiento de la humanidad para apropiarse de los frutos de la naturaleza por medio del trabajo. La propiedad, por tanto, se produce sin el consentimiento de nadie.

¿Existen límites para la propiedad?

¿Significa esto que no existen límites sobre aquello que las personas pueden apropiarse por medio del trabajo? No. Para Locke, el límite de la propiedad privada está dado por la utilidad que se le puede dar. Vale decir, las personas solo deberían acumular aquello que saben que podrán usar para su beneficio o el beneficio de otros. Todo aquello que excede lo utilizable, entonces, será de propiedad de otros.

Nadie puede aumentar su propiedad tanto como quiera. Esto se debe, dice Locke, a que la Naturaleza misma a impuesto un límite: los bienes naturales se «echan a perder». Así, los seres humanos no deben acumular más de lo que puedan emplear antes de que estos bienes se destruyan de forma natural.

En síntesis, Locke propone que toda porción de tierra que sea labrada, plantada y mejorada será de propiedad de quién la trabaje. Y todos los frutos de esta tierra serán de su posesión, en la medida en que pueda hacer uso de ellos. Esta regla dejará suficiente tierra para ser trabajada y aprovechada por los demás.

Así, lo que es conseguido por medio del trabajo será propiedad de la persona que haya empleado su propia labor y no podrá serle arrebatado por ningun medio. Es el trabajo lo que da el derecho a la propiedad.

Por supuesto, ningún trabajo individual es lo suficientemente grande como para permitir que una sola persona se apropie de todo. Por lo tanto, no existe un derecho a una acumulación de riqueza tal que impida que otros seres humanos gocen de sus frutos:

«(…) cada hombre solo debe posesionarse de aquello que le es posible usar.»

John Locke, Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil.

La invención del dinero

Según Locke, la posibilidad de acumular mayores bienes de los que pueden ser utilizados aparece con la invención del dinero. Es el dinero lo que permite la distorsión del valor intrínseco de las cosas (valor de uso). ¿Cuál es, entonces, la utilidad o finalidad del dinero?

El dinero permite la acumulación de la riqueza producida por el trabajo que, en otras circunstancias, se habría corrompido con el paso del tiempo. En sociedades sin dinero, es imposible que una sola persona acumule más carne o alimentos de los que puede consumir, puesto que estos se «echan a perder» rápidamente. Si esto sucede, según Locke, se esta cometiendo una ofensa en contra de la ley común de la naturaleza (cada persona tiene derecho solo a lo que le es útil).

Con el dinero, los seres humanos se han puesto de acuerdo para que una pieza de metal amarillo, inoxidable e incorruptible represente el valor de un trozo de carne o un saco de grano. Es este invento el que ha cambiado la relación que tienen los individuos con la tierra, el trabajo y la propiedad. Gracias al dinero es posible que alguien acumule tanto como quiera, sin peligro de que su riqueza se destruya por medios naturales.

El oro, la plata y los diamantes son cosas que han adquirido su valor del mero capricho de los seres humanos, puesto que no tienen un valor de uso para satisfacer las necesidades de la vida. Su único valor es su valor como medio de cambio, dado que son materiales que, a diferencia de las cosas realmente útiles para la vida, no se echan a perder con el paso del tiempo. De estos objetos duraderos, dice Locke, una persona puede acumular tantos como quiera, rebasando los límites naturales de la propiedad:

«Así fue como se introdujo el dinero: una cosa que los hombres podían conservar sin que se pudriera, y que, por mutuo consentimiento, podían cambiar por productos verdaderamente útiles para la vida, pero de naturaleza corruptible».

John Locke, Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil.

Resumen

En el capítulo V del Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, Locke propone que todas las cosas de la naturaleza son dadas en común al género humano. Este, siendo dueño de sí mismo y de sus acciones, es también dueño de los frutos de su trabajo sobre la naturaleza. Este es el fundamento de la propiedad privada y su límite se encuentra, naturalmente, en la utilidad que una persona pueda darle a sus posesiones (antes de que estas se echen a perder). Así, es el trabajo lo que da el derecho a la propiedad.

La acumulación de la riqueza, por otra parte, es el resultado de la invención del dinero. El dinero es el medio que permite a las personas poseer más tierra de la que pueden trabajar y más posesiones de las que pueden utilizar:

«[Si] no hubiese nada que pudiese ser utilizado como dinero ¿Qué razón tendría ninguno de sus habitantes para aumentar sus posesiones más allá de lo necesario para su familia y para que ésta viviera en la abundancia?»

John Locke, Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil.

Este artículo se basa en la siguientes fuente de información:

  • John Locke «Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil» Capítulo V: sobre la propiedad. Madrid: Alianza (1988).

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