¿Qué es el Terrorismo? La cruzada por una definición

Nadie pondría en duda que los atentados que ocurrieron el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos fueron ataques terroristas. Esta serie de atentados, conducidos por el grupo extremista Al Qaeda, tuvo por objetivo los edificios del World Trade Center de Nueva York (mejor conocidos como «Torres Gemelas») y el edificio del Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Dichos ataques suicidas dejaron un saldo de miles de muertos y heridos, y precedieron la política estadounidense de «guerra en contra del terrorismo». Otros ataques terroristas icónicos posteriores son, por ejemplo, las explosiones de trenes del 11 de marzo de 2004 en Madrid, los atentados bomba del 7 de Julio de 2005 en Londres y, más recientemente, el atentado bomba de la maratón de Boston el 15 de abril de 2013.

¿Qué tienen en común todos estos eventos? ¿qué personas u organizaciones están detrás de ellos? y ¿cuáles son sus motivaciones para producir estas atrocidades? En resumen ¿qué es exactamente el terrorismo?

Terror, Terrorismo y la Revolución Francesa

Si bien no existe una definición única sobre la cuál haya consenso a nivel internacional (existen al menos unas 250 definiciones distintas de terrorismo), los orígenes de las palabras «terror» y «terrorismo» son claros.

La palabra «terror» proviene del latín «terrere» y significa «provocar que una persona tiemble a causa de un gran miedo». Esta palabra alude al estado mental de un individuo y se ha utilizado durante muchos siglos.

Sin embargo, no fue sino hasta la Revolución Francesa que el término adquirió el significado político que le atribuimos hoy en día. Fue Montesquieu, autor de El espíritu de las leyes (1757), quien sentó las bases para la posterior politización del concepto.

«La libertad guiando al pueblo» – Eugène Delacroix

Montesquieu abrió camino para que la palabra «terror» fuese empleada para describir una forma específica de gobierno, caracterizada por el uso brutal e impredecible de la violencia.

El 5 de Septiembre de 1793 la Convención Nacional, liderada por los Jacobinos, declaraba:

Es necesario que el terror causado por la guillotina se despliegue por toda Francia y lleve la justicia a todos los traidores. No existe otro medio que inspire el terror necesario para consolidar la Revolución.

Courrier de l’égalité. 5 de septiembre de 1793.

Con esta declaración, el «terror» fue cristalizado durante la Revolución Francesa como un instrumento de la violencia del Estado.

El sufijo «ismo» en la palabra «terrorismo» fue añadido de forma posterior, en junio de 1794, cuando Robespierre (líder de la revolución) fue acusado por otros delegados de la Convención Nacional de abusar de forma ilegítima y despótica del poder del Estado y fue enviado a la guillotina en julio del mismo año.

La palabra «terrorismo» (terrorisme en francés), por tanto, surgió originalmente para condenar el uso arbitrario y excesivo de la violencia del Estado.

La definición del Departamento de Estado de los Estados Unidos

En la actualidad, el gobierno de los Estados Unidos mantiene más de 20 definiciones de terrorismo «doméstico» o «internacional». La definición del Departamento de Estado de los Estados Unidos, sin embargo, señala:

El término «terrorismo» significa: violencia premeditada y políticamente motivada perpetrada en contra de objetivos no-combatientes por grupos subnacionales o agentes clandestinos [usualmente con la intención de influenciar a una audiencia].

United States of America’s Department of State (2006)

Esta definición tiene muchas ventajas. Captura algunos puntos esenciales del terrorismo, como su carácter premeditado, su motivación política, su uso en contra de «no-combatientes», la presencia de agentes clandestinos o grupos subnacionales y, por último, el hecho de que los actos terroristas buscan enviar un mensaje e influenciar a una audiencia.

Sin embargo, esta definición no cubre todos los problemas relacionados con el terrorismo. Aun cuando es una definición concisa, difícilmente puede servir como una definición modelo por las siguientes razones:

  • A cambiado muchas veces en pocos años, acomodándose a la política exterior de Estados Unidos;
  • La interpretación de «no-combatiente» también a cambiado con los años;
  • Su foco en «violencia política» es muy estrecho;
  • Excluye el elemento psicológico de miedo extremo;
  • Excluye los elementos de amenaza e intimidación;
  • Excluye el terrorismo de Estado; y
  • No hace referencia al terrorismo doméstico perpetrado por órganos del Estado en regímenes represivos.

En este sentido, la definición del Departamento de Estado refleja, evidentemente, una visión de mundo centrada en los intereses de los Estados Unidos de América.

La definición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

¿Es posible llegar a una definición de terrorismo que no se limite a la visión de un sólo país? En el año 1937 la Liga de las Naciones, el órgano predecesor de las Naciones Unidas, intentó definir terrorismo como:

Todos los actos criminales dirigidos en contra de un Estado que intentan crear un estado de terror en las mentes de personas particulares o de un grupo de personas, o en el público general.

Liga de las Naciones, 1937

Sin embargo, esta definición nunca obtuvo un gran respaldo por parte de los miembros de dicho órgano.

Las Naciones Unidas, con sus 192 Estados miembros, no retomaron este debate hasta el año 1972, año en el que los ataques terroristas de los Juegos Olímpicos de Múnich (11 muertos) y la masacre del Aeropuerto de Lod (28 muertos) pusieron el tema sobre la agenda internacional nuevamente.

En 1972 la ONU estableció un Comite Ad Hoc sobre Terrorismo Internacional que tuvo poco éxito, sin alcanzar un consenso sobre la definición de terrorismo. Muchos factores jugaron un rol en este desacuerdo.

Varios Estados no-alineados que todavía no habían alcanzado completa independencia, por ejemplo, consideraron que ciertos actos de terrorismo podrían ser considerados como actos legítimos en el contexto de la lucha por la liberación nacional.

En el año 1994, la Asamblea General de la ONU alcanzó un consenso sobre la materia, aún sin lograr definir el fenómeno en consideración:

Los Estados miembros de las Naciones Unidas reafirman solemnemente su condena inequívoca sobre todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo, como criminales e injustificables, cometidos en cualquier lugar y por cualquier persona (…)

Asamblea General de la ONU, 1994.

La discusión sobre la definición se retomó en 1996, con un nuevo Comité Ad Hoc sobre Terrorismo cuyo resultado fue la redacción del Artículo 2 de la Convención Comprehensiva. En este artículo se señala que cualquier persona comete un acto terrorista si dicha persona, por cualquier medio, ilegal e intencionalmente, causa:

  • La muerte o heridas graves a cualquier persona; o
  • Daños graves a la propiedad pública o privada, incluyendo lugares de uso público, edificios gubernamentales o estatales, el sistema de transporte público, instalaciones de infraestructura o al medio ambiente; o
  • Daño a la propiedad, lugares, instalaciones o sistemas referidos en el párrafo 1 (b) de este artículo, que resulte o pueda resultar en una pérdida económica severa; cuando el propósito de la conducta es, por su naturaleza o contexto, intimidar a la población u obligar a un gobierno u organización internacional a hacer o abstenerse de hacer algo.

Sin embargo, esta definición probó ser problemática de múltiples formas. En particular:

  • No distingue actos terroristas de ofensas criminales ordinarias;
  • Excluye ciertos actos terroristas típicos como secuestros y toma de rehenes, cuando estos no culminan en muertes o heridas graves;
  • No identifica que las víctimas del terrorismo son civiles y no-combatientes:
  • No aborda las motivaciones de los ataques;
  • No aborda el principal objetivo del terrorismo: llevar un determinado asunto al debate público por medio de actos de violencia que los medios de comunicación no pueden ignorar;
  • La definición puede ser abusada para criminalizar movimientos de resistencia legítimos;
  • No cubre la represión de ciudadanos y residentes por parte de las fuerzas de seguridad del Estado;
  • Incluye elementos subjetivos como «daño severo» o «heridas graves»; y
  • Sólo condena actos «ilegales», sin especificar si se atiende a la ley nacional o internacional.

El Consenso Académico Revisado de 2011

De forma paralela a los esfuerzos de las Naciones Unidas, en 1988 la comunidad académica llegó a un consenso sobre la definición de terrorismo. Este consenso académico fue posible gracias a la síntesis de las opiniones de más de 50 especialistas en la materia.

En el año 2011, el consenso académico fue revisado en un nuevo esfuerzo conjunto con el objetivo de corregir algunos problemas pendientes. El resultado fue el Consenso Académico Revisado de 2011, que define terrorismo como:

  • Una doctrina sobre la presunta efectividad de tácticas de violencia política coercitiva que inducen al miedo; y
  • Una práctica conspirativa de acciones violentas directas, calculadas y demostrativas sin límites legales o morales hacia civiles y no-combatientes, realizada en función de sus efectos propagandísticos y psicológicos sobre varias audiencias y partes en conflicto.

Así, el terrorismo es, al mismo tiempo: (I) una doctrina que postula la eficacia del uso de la violencia para generar poder en un conflicto político y (II) una práctica, táctica o método para influir y manipular el proceso político.

Como táctica, el terrorismo ha sido empleado en tres contextos diferentes:

  1. Como forma de gobernar por medio del terror;
  2. Como continuación de la protesta por otros medios; y
  3. Como guerra irregular en la que se admiten atrocidades en contra de civiles y no-combatientes.

Otras características fundamentales del terrorismo, según el nuevo consenso académico, son:

1. Requiere de un perpetrador: no puede haber terrorismo sin un terrorista. El terrorismo es perpetrado por agentes humanos que, usualmente, actúan de forma clandestina y anónima.

2. Tiene carácter político: su violencia no es sólo criminal o psicópata, es política. La mayoría de los terroristas desean influenciar la política del gobierno o la política partidaria.

3. No tiene restricciones morales: los actos terroristas son ofensas criminales y podrían calificar como «crímenes de guerra» si se dieran en escenarios de conflicto armado entre Estados. Buscan ser acciones «ejemplares» para intimidar y amenazar a las personas vinculadas con las víctimas.

4. Envía un mensaje: pretenden generar un clima de miedo y amenaza constante sobre el público que se identifica con las víctimas. El terrorista puede atacar a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento. La violencia es empleada como un instrumento para enviar un mensaje a personas que no son las víctimas directas.

5. Sus víctimas directas no son el objetivo principal: las víctimas sirven como instrumento para impactar en una audiencia más amplia. Cualquier civil o no-combatiente puede ser víctima de un ataque terrorista.

6. Busca producir terror: la acción violenta está diseñada para producir un efecto psicológico de miedo extremo o terror desproporcionado. Intenta impresionar al público por su crueldad y crear un clima de inseguridad permanente.

7. Es intencional: los actos terroristas están dirigidos a «aterrorizar» a un grupo objetivo y explotar la sensación de inseguridad creada. Los terroristas desean obtener atención y poder para influenciar la arena política y la agenda del gobierno en su favor.

8. Es parte de una campaña: los actos terroristas usualmente son parte de una serie de acciones violentas que persiguen un objetivo o resultado político. Es poco usual que se limiten a un sólo incidente y suelen estar vinculados a determinadas campañas.

¿Qué no es Terrorismo?

Una definición de terrorismo no estaría completa si no se explica que acciones quedan fuera de esta categoría. A continuación, se presenta un listado (no exhaustivo) de actos que no deben confundirse con terrorismo:

  • El daño a la propiedad privada o sabotaje;
  • Los ataques a instalaciones militares en situaciones de guerra;
  • Ataques a estaciones de policía durante un conflicto armado;
  • Daño colateral sobre civiles;
  • Ataques a símbolos religiosos o seculares;
  • Ciertos tipos de asesinato. Sobre todo cuando la víctima directa es el único objetivo;
  • Actos que, en situación de guerra, no calificarían como crímenes de guerra o crímenes en contra de la humanidad;
  • Actividades de guerra de guerrilla;
  • El uso legítimo de la fuerza por parte de las autoridades de orden público; y
  • Violencia política espontánea (disturbios, manifestaciones y otras formas de protesta).

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